Nuestra historia

La presencia de La Salle en Gijón se remonta al año 1904. Ha pasado mucho tiempo desde entonces y todos hemos cambiado mucho. En la actualidad el CES San Eutiquio es un centro educativo concertado perteneciente a las Escuelas Cristianas de los Hermanos de La Salle, institución educativa presente en casi 80 países, con más de 300 años de antigüedad. Nuestra oferta formativa incluye Bachillerato y Formación Profesional.

Historia

La presencia de La Salle en Gijón se remonta al año 1904. Ha pasado mucho tiempo desde entonces y todos hemos cambiado mucho. En la actualidad el CES San Eutiquio es un centro educativo concertado perteneciente a las Escuelas Cristianas de los Hermanos de La Salle, institución educativa presente en casi 80 países, con más de 300 años de antigüedad. Nuestra oferta formativa incluye Bachillerato y Formación Profesional.

La presencia de La Salle en Gijón se remonta al año 1904, aunque todo había comenzado en 1899,  cuando el indiano D. Ramón Álvarez Arriba –natural de Villaviciosa y afincado en Gijón– compra el amplio  Hotel Dindurra y, al tiempo, inicia gestiones para traer a la ciudad a los Hermanos de las Escuelas  Cristianas que ya eran conocidos en Asturias por su presencia en Llanes, La Felguera y Mieres. Los  Hermanos aceptan hacerse cargo de un internado diseñado desde el inicio como colegio de pago para  estudios mercantiles, conocido como “Colegio comercial Hispano-Francés de San Ramón”.  

Los Hermanos llegan a Gijón en el verano de 1904 y se instalan en un edificio de la calle Concepción  Arenal, próximo al colegio, y comienzan las clases en septiembre. El profesorado estaba formado por 8 Hermanos y tres profesores seglares.  

Posteriormente, al fallecer soltero en 1909 D. Eutiquio García-Sala, nombró heredero universal de sus bienes al arcipreste de la parroquia de San Pedro, D. Ramón Piquero, quien de inmediato inicia las gestiones para que los Hermanos de La Salle se hagan cargo de una escuela que pretende crear en el  Cerro de Santa Catalina con la denominación de Escuela “San Eutiquio” en honor al bienhechor. Tan estimada era la escuela y tan necesitados se sentían de ella en la barriada, que los niños acudieron en tropel –cerca de 200 niños preinscritos–, esperando una posible vacante. Este centro tenía todos los rasgos peculiares de obra lasaliana, al ser totalmente gratuito y estar dirigido a los pobres, fundamentalmente hijos de los pescadores del barrio de Cimadevilla. La Comunidad –al inicio formada por 4 Hermanos– tenía su residencia en el edificio de la calle Trinidad (hoy Museo Barjola). A la muerte de D.  Ramón en 1914, se creará, según su testamento, la institución benéfico-docente del Patronato de las  Escuelas de “San Eutiquio”, que será el encargado de la Escuela.  

La presencia de La Salle en Gijón se remonta al año 1904, aunque todo había comenzado en 1899, cuando el indiano D. Ramón Álvarez Arriba –natural de Villaviciosa y afincado en Gijón– compra el amplio Hotel Dindurra y, al tiempo, inicia gestiones para traer a la ciudad a los Hermanos de las Escuelas Cristianas que ya eran conocidos en Asturias por su presencia en Llanes, La Felguera y Mieres. Los Hermanos aceptan hacerse cargo de un internado diseñado desde el inicio como colegio de pago para estudios mercantiles, conocido como “Colegio comercial Hispano-Francés de San Ramón”.

Los Hermanos llegan a Gijón en el verano de 1904 y se instalan en un edificio de la calle Concepción Arenal, próximo al colegio, y comienzan las clases en septiembre. El profesorado estaba formado por 8 Hermanos y tres profesores seglares.

Posteriormente, al fallecer soltero en 1909 D. Eutiquio García-Sala, nombró heredero universal de sus bienes al arcipreste de la parroquia de San Pedro, D. Ramón Piquero, quien de inmediato inicia las gestiones para que los Hermanos de La Salle se hagan cargo de una escuela que pretende crear en el Cerro de Santa Catalina con la denominación de Escuela “San Eutiquio” en honor al bienhechor. Tan estimada era la escuela y tan necesitados se sentían de ella en la barriada, que los niños acudieron en tropel –cerca de 200 niños preinscritos–, esperando una posible vacante. Este centro tenía todos los rasgos peculiares de obra lasaliana, al ser totalmente gratuito y estar dirigido a los pobres, fundamentalmente hijos de los pescadores del barrio de Cimadevilla. La Comunidad –al inicio formada por 4 Hermanos– tenía su residencia en el edificio de la calle Trinidad (hoy Museo Barjola). A la muerte de D. Ramón en 1914, se creará, según su testamento, la institución benéfico-docente del Patronato de las Escuelas de “San Eutiquio”, que será el encargado de la Escuela.

De este modo, desde el año 1910, La Salle regentaba dos centros en Gijón, aunque será por poco tiempo, pues en el verano de 1915, después de diversos problemas derivados de la I Guerra Mundial, los Hermanos abandonan el Colegio “San Ramón”, permaneciendo a cargo de la Escuela “San Eutiquio”. Durante cuatro décadas realizarán una excelente labor de promoción humana y cristiana en la zona. Desde 1920 funcionaba, además, una dinámica Asociación de Antiguos Alumnos.

A mediados de los años cincuenta, siendo Director el H. Paulino Julián, a pesar de la labor realizada y de tantos antiguos alumnos, la Escuela cierra. Los recursos económicos que la Fundación proporcionaba a los Hermanos eran tan escasos que les obligaba a vivir prácticamente en la miseria mientras su residencia se caía a pedazos. El párroco quiso instaurar las cuotas a los alumnos y los

Hermanos se opusieron de plano. A pesar de las múltiples gestiones de un buen sector de la población, en el verano de 1958 los «Baberos» de Cimadevilla abandonan Gijón.

Tras siete años de ausencia los Hermanos regresan a Gijón al erigir la diócesis dos institutos filiales dos barrios eminentemente obreros en el extrarradio de la ciudad –La Calzada en 1965 y Roces en 1967–, en los que asumirán la dirección y ejercerán la docencia. La Comunidad se instaló en la casa rectoral de la parroquia de San Pedro. Pero también aquí su presencia será corta, pues en 1972 dejaron de prestar servicio en Roces y algún tiempo después, en 1976, en el “Ave María” de La Calzada.

Pero en esta ocasión La Salle no abandona la ciudad, sino que vuelve a Cimadevilla en 1976, cuando la Fundación de las Escuelas Cristianas de “San Eutiquio” confía de nuevo a los Hermanos el Centro que lleva algunos años funcionando donde estuvo la primera escuela. El edificio de esa vieja escuela se había demolido en 1963 y en su lugar la Fundación construyó un edificio de cuatro plantas para continuar con su misión benéfico-docente: en 1965 en el “Centro Experimental en la modalidad Marítimo Pesquera” y en 1967 en una “Escuela de Náutica” de formación Profesional, tras la firma de un acuerdo con el Ayuntamiento.

En 1968 el Centro “San Eutiquio” había recibido su aprobación definitiva como centro de Formación Profesional con especialidades para soldadores, caldereros, fontaneros, albañiles, delineantes, cocineras, camareros, secretariado, radio, TV… y otras que se pudieran realizar de conformidad con lo proyectado por el Programa de “Promoción Profesional Obrera” (P.P.O.). En esta etapa funcionarán a pleno rendimiento numerosos “cursos de cualificación, reconversión y perfeccionamiento profesional” en turnos de mañana –para obreros en paro– y de tarde –para trabajadores jóvenes que desean perfeccionarse en su oficio u obtener un título que mejore sus expectativas laborales–.

Con la reforma educativa de los años 70 el Centro inicia una nueva andadura con la creación de los ciclos de FP1 en las especialidades de Automoción y electrónica y de Secretariado, que se verán completadas posteriormente con los cursos de FP2. En el curso 1998-99, con la legislación de la LOGSE, se transforman los estudios de FP1 en los Ciclos Formativos de Grado Medio y los de FP2 en el nuevo Bachillerato. Posteriormente se añadiría un Ciclo de Grado Superior.

En la actualidad el Centro cuenta con un total de 450 alumnos, 35 profesores y una Comunidad compuesta por 6 Hermanos, y ofrece los estudios de Bachillerato –con 6 aulas de las modalidades Ciencias y Tecnología, y Humanidades y CC. Sociales– y de Ciclos Formativos, con las especialidades de CF de Grado Básico (4 aulas), CF Grado Medio (6 aulas) y CF Grado Superior (2 aulas) en las ramas de Instalaciones eléctricas y automáticas, Electromecánica de vehículos y Gestión administrativa.

Desde 1904 han pasado por sus aulas más de 10.000 alumnos, unos 110 religiosos y más de 100 profesores seglares, animados por numerosos directores, los HH. Samuel (1910-25), Leto de Jesús (1925-27), Crescenciano (1927-33), Félix Peña (1933), Germán Herrero (1933-34), Manuel Florentino (1934-38), Aurelio (1938-39), Josué de María (1939-40), Pablo María (1940-43), Gaudencio Raimundo (1943-44 y 1950-56), Pablo Paciente (1944-45), Emeterio José (1945-47), Ireneo (1947-50) y Paulino Julián (1956-58). En esta última etapa, desde 1976, lo han hecho los HH. José Mª Archaga (1976-81), Iván González (1981-91), Pedro Río (1991-00), D. Juan Antonio Fernández (2000-10), D. Santiago Lobato (2010-17) y D.ª Aida Rodríguez (2017-23). El actual es D. Germán Iglesias (2023-…).

La labor lasaliana en Asturias –que ha sido muy extensa a lo largo del tiempo con presencia en Llanes (1900-67), Mieres (1904-72), Avilés (1904-14), Bustiello (1906-68), Colunga (1908-46), Turón(1919-06), Caborana (1922-70), Ujo (1922-20), Ciaño (1941-18) y Carbayín (1946-69)– se mantiene, además, en el Colegio “La Salle” de La Felguera desde 1902 con las etapas educativas de Ed. Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria.

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EDe este modo, desde el año 1910, La Salle regentaba dos centros en Gijón, aunque será por poco  tiempo, pues en el verano de 1915, después de diversos problemas derivados de la I Guerra Mundial, los  Hermanos abandonan el Colegio “San Ramón”, permaneciendo a cargo de la Escuela “San  Eutiquio”. Durante cuatro décadas realizarán una excelente labor de promoción humana y cristiana en la  zona. Desde 1920 funcionaba, además, una dinámica Asociación de Antiguos Alumnos.  

A mediados de los años cincuenta, siendo Director el H. Paulino Julián, a pesar de la labor realizada  y de tantos antiguos alumnos, la Escuela cierra. Los recursos económicos que la Fundación  proporcionaba a los Hermanos eran tan escasos que les obligaba a vivir prácticamente en la miseria  mientras su residencia se caía a pedazos. El párroco quiso instaurar las cuotas a los alumnos y los  Hermanos se opusieron de plano. A pesar de las múltiples gestiones de un buen sector de la población,  en el verano de 1958 los «Baberos» de Cimadevilla abandonan Gijón.  

En aquella época, sólo algunas personas vivían con lujo, mientras la gran mayoría vivía en condiciones de extrema pobreza: los campesinos en las aldeas y los trabajadores miserables en las ciudades. Sólo un número reducido podía enviar a sus hijos a la escuela. La mayoría de los niños tenían pocas posibilidades de futuro. Conmovido por la situación de estos pobres que parecían «tan alejados de la salvación» en una u otra situación, tomó la decisión de poner todos sus talentos al servicio de esos niños, «a menudo abandonados a sí mismos y sin educación».

Para ser más eficaz, abandonó su casa familiar y se fue a vivir con los maestros, renunció a su canonjía y su fortuna y a continuación, organizó la comunidad que hoy llamamos Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Tras siete años de ausencia los Hermanos regresan a Gijón al erigir la diócesis dos institutos filiales  dos barrios eminentemente obreros en el extrarradio de la ciudad –La Calzada en 1965 y Roces en  1967–, en los que asumirán la dirección y ejercerán la docencia. La Comunidad se instaló en la casa  rectoral de la parroquia de San Pedro.

Pero también aquí su presencia será corta, pues en 1972 dejaron  de prestar servicio en Roces y algún tiempo después, en 1976, en el “Ave María” de La Calzada.  Pero en esta ocasión La Salle no abandona la ciudad, sino que vuelve a Cimadevilla en 1976, cuando  la Fundación de las Escuelas Cristianas de “San Eutiquio” confía de nuevo a los Hermanos el Centro que  lleva algunos años funcionando donde estuvo la primera escuela. El edificio de esa vieja escuela se había  demolido en 1963 y en su lugar la Fundación construyó un edificio de cuatro plantas para continuar con su  misión benéfico-docente: en 1965 en el “Centro Experimental en la modalidad Marítimo Pesquera” y en  1967 en una “Escuela de Náutica” de formación Profesional, tras la firma de un acuerdo con el  Ayuntamiento.  

En 1968 el Centro “San Eutiquio” había recibido su aprobación definitiva como centro de Formación  Profesional con especialidades para soldadores, caldereros, fontaneros, albañiles, delineantes, cocineras,  camareros, secretariado, radio, TV… y otras que se pudieran realizar de conformidad con lo proyectado  por el Programa de “Promoción Profesional Obrera” (P.P.O.). En esta etapa funcionarán a pleno  rendimiento numerosos “cursos de cualificación, reconversión y perfeccionamiento profesional” en turnos  de mañana –para obreros en paro– y de tarde –para trabajadores jóvenes que desean perfeccionarse en  su oficio u obtener un título que mejore sus expectativas laborales–.  

 

Con la reforma educativa de los años 70 el Centro inicia una nueva andadura con la creación de los  ciclos de FP1 en las especialidades de Automoción y electrónica y de Secretariado, que se verán  completadas posteriormente con los cursos de FP2. En el curso 1998-99, con la legislación de la LOGSE,    se transforman los estudios de FP1 en los Ciclos Formativos de Grado Medio y los de FP2 en el nuevo  Bachillerato. Posteriormente se añadiría un Ciclo de Grado Superior.  

Su empresa se encontró con la oposición de las autoridades eclesiásticas que no deseaban la creación de una nueva forma de vida religiosa, una comunidad de laicos consagrados ocupándose de las escuelas «juntos y por asociación». Los estamentos educativos de aquel tiempo quedaron perturbados por sus métodos innovadores y su absoluto deseo de gratuidad para todos, totalmente indiferente al hecho de saber si los padres podían pagar o no.

A pesar de todo, De La Salle y sus Hermanos lograron con éxito crear una red de escuelas de calidad, caracterizada por el uso de la lengua vernácula, los grupos de alumnos reunidos por niveles y resultados, la formación religiosa basada en temas originales, preparada por maestros con una vocación religiosa y misionera a la vez y por la implicación de los padres en la educación. Además, de La Salle fue innovador al proponer programas para la formación de maestros seglares, cursos dominicales para jóvenes trabajadores y una de las primeras instituciones para la reinserción de «delincuentes».

En la actualidad el Centro cuenta con un total de 450 alumnos, 35 profesores y una Comunidad  compuesta por 6 Hermanos, y ofrece los estudios de Bachillerato –con 6 aulas de las modalidades  Ciencias y Tecnología, y Humanidades y CC. Sociales– y de Ciclos Formativos, con las especialidades de  FP Básica (4 aulas), CF Grado Medio (6 aulas) y CF Grado Superior (2 aulas) en las ramas de  Instalaciones eléctricas y automáticas, Electromecánica de vehículos y Gestión administrativa.  Desde 1904 han pasado por sus aulas más de 10.000 alumnos, unos 110 religiosos y más de 100  profesores seglares, animados por numerosos directores, los HH. Samuel (1910-25), Leto de Jesús  (1925-27), Crescenciano (1927-33), Félix Peña (1933), Germán Herrero (1933-34), Manuel Florentino  (1934-38), Aurelio (1938-39), Josué de María (1939-40), Pablo María (1940-43), Gaudencio Raimundo  (1943-44 y 1950-56), Pablo Paciente (1944-45), Emeterio José (1945-47), Ireneo (1947-50) y Paulino  Julián (1956-58). En esta última etapa, desde 1976, lo han hecho los HH. José Mª Archaga (1976-81), Iván González (1981-91), Pedro Río (1991-00), D. Juan Antonio Fernández (2000-10), D. Santiago Lobato (2010-17) y D.ª Aida Rodríguez (2017-23). El actual es D. Germán Iglesias (2023-…).  

 

La labor lasaliana en Asturias –que ha sido muy extensa a lo largo del tiempo con presencia en Llanes (1900-67), Mieres (1904-72), Avilés (1904-14), Bustiello (1906-68), Colunga (1908-46), Turón (1919-06), Caborana (1922-70), Ujo (1922-20), Ciaño (1941-18) y Carbayín (1946-69)– se mantiene,  además, en el Colegio “La Salle” de La Felguera desde 1902 con las etapas educativas de Ed. Infantil,  Primaria y Secundaria Obligatoria.  Roces: HH. Timoteo (1967-71), Agustín Agüero (1971-72).  

Extenuado por una vida cargada de austeridades y trabajos, falleció  en San Yon, cerca de Rouen, en 1719, sólo unas semanas antes de cumplir 68 años. Juan Bautista de La Salle fue el primero que organizó centros de formación de maestros, escuelas de aprendizaje para delincuentes, escuelas técnicas, escuelas secundarias de idiomas modernos, artes y ciencias. Su obra se extendió rapidísimamente en Francia, y después de su muerte, por todo el mundo.

En 1900, Juan Bautista de La Salle fue declarado Santo. En 1950, a causa de su vida y sus escritos inspirados, recibió el título de Santo Patrono de los que trabajan en el ámbito de la educación. Juan Bautista mostró cómo se debe enseñar y tratar a los jóvenes, cómo enfrentarse a las deficiencias y debilidades con compasión, cómo ayudar, curar y fortalecer. Hoy, las escuelas lasalianas existen en 79 países del mundo.

¿Por qué Indivisa Manent?

Vayamos, parte por parte, y con un poco de historia. En primer lugar los tres «cabrios» rotos son el escudo de armas de la familia paterna de San Juan Bautista de La Salle.

El primer rasgo histórico lo hallamos en Johan Salla. Caballero originario del Urgel (Pirineo catalán) que luchó con el rey Alfonso II, allá por el siglo X. Primero nos centramos en los cabrios. Un cabrio es una madera robusta que antiguamente se usaba como viga. En heráldica los cabrios son una de las piezas de ennoblecimiento más antiguas y consideradas en un blasón. Se concedía a los caballeros que habían conseguido tomar una plaza fuerte. Ahora bien, este caballero resultó herido en alguna batalla y por eso, desde entonces en el escudo encontramos los cabrios rotos.

Pero los cabrios de nuestro escudo están unidos por su parte superior. Y escrito en ambos lados del escudo encontramos la leyenda: «Indivisa manent» (permanecen unidos) A nosotros, lasalianos, nos recuerda que en nuestra vida nunca nos faltarán problemas, pero en estos momentos es importante mantener la unidad por encima de todo. Que sean la comprensión, la tolerancia y el amor cristiano la expresión de esa unidad.

El fondo raso azul nos habla del mar, del cielo. Símbolo de alegría, honestidad. Que como lasalianos también sepamos transmitirla en nuestro alrededor. Sobre el escudo encontramos una estrella, que no existía en el escudo original de la familia. Fue añadida posteriormente. La estrella es el signo de la fe. La estrella polar guía y orienta en la noche. La estrella guió a los magos al Portal. En nuestros momentos difíciles, recordemos que las estrellas están ahí, indicándonos el norte. Que las lágrimas no nos molesten para contemplarlas.

Y por último la palabra Salla o Salle. Una palabra que nos une a 6.500 Hermanos, 80.000 educadores y casi un millón de alumnos, por extendidos por los cinco continentes. El escudo también es universal, lo verás camisetas, gorras, llaveros, pins, de muchos amigos de La Salle como tú en todo el mundo. Un signo que nos une a todos ellos. En cualquier sitio donde estemos y donde nos podamos encontrar este escudo nos recordará la amistad compartida en nuestro colegio La Salle de Ferrol. Así, cuando lo veamos recordaremos todo lo que quiere expresar.